El diseño de mi marca lo he enfocado basándome en los valores que considero prioritarios en esta vida.
Soy consciente de que es una marca humilde, y que probablemente no llegará a despuntar demasiado alto. Pero quién sabe, soñar es libre…
Ahora mismo mi mejor regalo y mi máxima prioridad, es que la persona que reciba mis objetos, los reciba con una agradable sensación, y que simplemente piense: ‘Qué bonito, me gusta. Qué delicadeza’. Solo con eso, me quedo más que satisfecha. No necesito mucho más.
Siempre siguiendo el objetivo de agradar al cliente, cuidarlo, enfocando la atención en los pequeños detalles. Con una visión positiva, amable, cercana, creativa, colorida, y agradable. Tirando al estilo naif, con mucho encanto. Transmitiendo humildad, afectividad, naturalidad, y sinceridad. Valores vitales en esta vida.
Y muy importante, una marca alejada de la perfección absoluta. Que admite los pequeños errores que tenemos como seres humanos que somos. Productos artesanales, que puedan tener sus pequeños fallos, aunque siempre intentando conseguir la máxima calidad posible. Con un diseño cuidado y mimado con esmero.
Una marca orientada a conseguir un sueño lleno de magia rodeada de destellos.
Un sueño de una particular madre, incansable trabajadora, que siente la necesidad de encontrar un nuevo camino lleno de magia, color, ilusión, y delicadeza. Rodeado de paseantes con agradable apariencia en formato plano de dibujo.
Y en un futuro, quien sabe. Quizás cuando mi marca llegue un poquito más alto… ‘Entonces, ya hablaremos…”. Por ahora, lo dejamos así.
De momento vamos pasito a pasito, sin correr demasiado, y disfrutando del camino.
Espero que os guste.