Qué decir tiene, que este unboxing es muy especial para mi.
Acabo de recoger una cajita mágica, donde se encuentran mis primeras tarjetas impresas.
Mira que a mi me gusta abrir paquetes, postales, … todo lo que sea abrir me viene bien. Pero reconozco que esta situación me supera hasta más no poder.
Sólo de imaginame abriendo la cajita… me entran escalofríos.
…¿Y si las tarjetas no son como yo las imagino? …¿Y si no me gustan?
Y para mí es importante. Ya que de si me gustan o no, depende el futuro de mi nueva tiendita.
Si no me gusta, fuera tienda…
Si me gusta, a saco con ello…
Así que… estoy muy nerviosa.
Este es uno de los momento que más temo. Es la misma sensación de estar ante el resultado de un examen, pero que en cierta manera escapa de mi control. Ya que el resultado no depende de mi.
Os explico mi dilema para que se entienda un poquito mejor:
-Mi trabajo de diseño comienza con una ilustración en digital, que puede durar meses dependiendo del alcance del proyecto.
-El resultado final en la pantalla del ipad, normalmente queda precioso. Ya que tiene una calidad de pantalla, que es un lujo.
-Durante el diseño, yo misma voy haciendo pruebas de impresión, con mi impresora heredada de mi padre. Con ello, visualizo cómo quedan mis productos aplicados al soporte que me interesa. Esta parte es un poco rústica, pero la hago hasta conseguir el resultado que a mí me agrada.
-Una vez terminado mi diseño, lo envío a imprenta.
-Y el resultado, puede ser bueno o no. Hay veces que me ha pasado que yo esperaba un resultado, y cuando he visto el producto final me he encontrado con otro diferente a mis expectativas. Me he llevado cada chasco… Y reconozco que soy demasiado perfeccionista con respecto a la impresión.
Pueden ocurrir varias cosas: que varíen los colores, que los márgenes no sean como esperas, que el corte o doblado no sea bueno, que el gramaje del papel no sea el adecuado, que no te guste la textura… en fin, y podría seguir con mi lista.
No es fácil sentirte agusto, sin haber hecho pruebas finales previamente. Y sientes un gran alivio cuando encuentras a tu proveedor de confianza.
Esta vez, es la primea vez que trabajo con Impresum. Una imprenta de Valencia.
La verdad es que me han tratado de maravilla, y ahora como os digo, me enfrento al unboxing de mi primer pedido.
¡Qué nervios!
La verdad es que tengo buenas vibraciones. Pero no me atrevo a abrir la cajita.
¿Veré lo que quiero ver?
Voy a esperar a mi hijo Iker, a ver si entre los dos, encuentro el apoyo moral que necesito en estos momentos.
Ya os contaré…